miércoles, 1 de septiembre de 2010

Tara: Sombreros de copa

Una imagen recorria sin cesar la mente de Sean Buble:

La cara desfigurada de Lucilda Sanz.

Ese fué el ultimo caso que llevo como investigador dentro del FBI, un desalmado había secuestrado a una niña de siete años durante una excursión escolar a Manhattan, tras tres días de intensa busqueda y varias llamadas de alerta por parte de la población encontraron al secuestrador, Axel Robertson, el malnacido había violado a la niña para luego asestarle un considerable numero de puñaladas en la cara, los habian encontrado juntos, en el cobertizo del padre de Axel, el muy cabrón se había ahorcado despues de cometer el asesinato. Los forenses estimaron que los dos murieron tres horas antes de su llegada con un intervalo de entre diez y quince minutos entre cada muerte.

Fué el fin de su carrera como investigador en el FBI, ahora su tarea era vigilar que nadie robara nada en una gasolinera que habia de camino a Las Vegas, 51 Fuel.

Mientras Sean estaba absorto en sus pensamientos un coche llegó a la estacion de servicio:

Mini Cooper de color rojo cereza, justo como el de su ex-mujer pensó,

Una mujer se bajó del Cooper, gafas de sol grandes, pantalones rojos a cuadros, pelo castaño y... un sombrero de copa negro.

Sentado en su silla Sean la vio acercase a la cabina de servicio... cada vez estaba más cerca... esa forma de moverse al andar... esos labios carnosos... ese tono de piel...

Ella estaba cada vez más cerca. El encendió un pitillo.

Le recordaba especialmente a su ex-mujer, las imagenes volvieron a correr dentro de su cabeza como si de una pelicula se tratase...

Fué el día que le delegaron a agente de seguridad privada,segurata:

Al salir del despacho de Sue, la jefa del Departamento de Seguridad Publica del FBI, tras haber recogido su carta de despido se fué a "Pomps", un tugurio lleno de putas anorexicas y jeringuillas usadas, esa noche escogió un desecho social, una yonky que posiblemente no supiera ni leer. Cometió el error de llevarla a casa, concretamente a la cama matrimonial, concretamente en el justo momento en el que su mujer llegaba de trabajar. Ella amenazó con denunciarle y hundirle, no tuvo opción, con un pisapapeles dejo inconscientes a las dos, las metió en el coche y las abandonó en un terreno en obras, tuvo la precaución de fingir un suicidio, si algun día alguien encontraba los cuerpos verian las heridas sin cicatrizar de las muñecas y darian por sentado que se habian suicidado juntas. Despues de aquello se emborrachó hasta casi perder el conocimiento, al día siguiente cogió su coche y se fué rumbo a Las Vegas, directo por la Ruta 51, cuando creyó que se iba a quedar tirado en medio de la carretera un cartel luminoso de la industria BP le indico el camino a seguir tal y como lo habia hecho una estrella dos mil siete años atras en Jerusalén, alli encontró una oferta de trabajo, se necesitaba guardia de seguridad a doble jornada, el pago por el trabajo era vivienda y un sueldo miserable, siempre es mejor que nada pensó, aceptó el trabajo y ya habian pasado tres años desde esos momentos de incertidumbre.

La mujer se acercó hasta la cabina de seguridad, dio unos cuantos toques en el cristal para alertar al guardia de su presencia, mascaba chicle ruidosamente, Sean salió de la cabina con el cigarro todavia en la boca.

La extraña mujer del sombrero de copa sacó una pistola en un abrir y cerrar de ojos, una jodida Colt, una puta pistola de vaqueros. Sean se quedó rigido. Ella no dijo nada, simplemente le apuntó y siguio mascando el chicle ruidosamente, tras varios minutos de un incomodo silencio salpicado de ruidos intermitentes de chocar de dientes habló:

"Veo que sigues fumando esa mierda mentolada"

Sean no se lo podia creer, no era posible... ¿Tara? No, definitavamente no era posible, su esposa estaba muerta y seguramente estaria enterrada bajo un bloque de oficinas... a no ser que no estuviera muerta cuando la semienterró en ese solar en obras...

"¿Tara, eres tú?"

Silencio.

"Respondeme Tara ¿Estas viva?"

Silencio.

El silencio se rompió con las tres palabras que nadia querría oir:

"Voy a matarte"

Sean asintió con la cabeza, tragó saliva.

"Fue muy extraño cuando me desperte dentro de un agujero al lado de esa asquerosa ¿sabes? Al principio no recordaba nada de la noche anterior, pero cuando consegui llegar a casa y me pude dar una ducha me acorde de todo y vi las marcas en mi muñeca: Querias matarme"

Sean volvió a asentir.

"¿Sabes que fué lo peor?"

Silencio.

"Responde cerdo"

Sean volvió a tragar saliva:

"¿Que fué lo peor?"

Tara rió durante unos momento para volver a ponerse seria.

"No saber donde estabas para poder vengarme"

Sean trago saliva por enesima vez, pensó en el chico de servicio, estaría en el baño seguramente, con algo de suerte ni veria ni oiria nada, mejor para el, no queria ponerle en peligro.

Tara se apartó el pelo de la cara, se acomodó el sobrero y dijo riendose:

"¿Tienes algo que decir antes de que dispare?"

Sean se rió, se acercó hasta su oido y le susurró:

"Ese sombrero te queda fatal"

El ruido de un disparo se impuso sobre la reinante calma de la gasolinera, más tarde fué el del motor de un coche alejandose en la quietud de la mañana.

El chaval de servicio estaba fregando los baños cuando oyó un disparo:

"No puede ser" pensó "Sean no haria daño a una mosca"

Corrió hacia la cabina de Sean, llego justo a tiempo para ver como un Mini Cooper de color rojo se alejaba con rumbo a Las Vegas, cuando reparó en Sean no dio credito a lo que veian sus ojos, el fornido segurata tenia un agujero en el pecho del que brotaba abundante sangre, aun le extraño más ver un sombrero de copa negro a los pies del difunto, pero lo mas inverosimil de todo es que... ¿Sean sonreia?

Una pena- pensó Tara - ese sombrero me gustaba de verdad...

FIN

Aclarar a mis seguidores que este relato es (pese a quere ser educado estoy en el deber de decirlo) una pura mierda, hay partes que me encantan, como la conversación de Tara y Sean, pero el principio no me gusta nada y el final tampoco, creo que es porque lo he escrito a ratos y no me he centrado demasiado al hacerlo.

Tara existe, esta loca, le encantan los sombreros de copa y ¡es toda una vaquera!

: ) !

No hay comentarios:

Publicar un comentario